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Compendio del libro

Capítulo 4: los cuatro pilares de la educación

  • La educación a lo largo de la vida se basa en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser.
  • Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias, lo que supone además: aprender a aprender para poder aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida.
  • Aprender a hacer a fin de adquirir no sólo una calificación profesional sino, más generalmente, una competencia que capacite al individuo para hacer frente a gran número de situaciones y a trabajar en equipo. Pero, también, aprender a hacer en el marco de las distintas experiencias sociales o de trabajo que se ofrecen a los jóvenes y adolescentes, bien espontáneamente a causa del contexto social o nacional, bien fundamentalmente gracias al desarrollo de la enseñanza por alternancia.
  • Aprender a vivir juntos desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia –realizar proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos– respetando los valores de pluralismo, comprensión mutua y paz.
  • Aprender a ser para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal. Con tal fin, no menospreciar en la educación ninguna de las posibilidades de cada individuo: memoria, razonamiento, sentido estético, capacidades físicas, aptitud para comunicar.
  • Mientras los sistemas educativos formales propenden a dar prioridad a la adquisición de conocimientos, en detrimento de otras formas de aprendizaje, importa concebir la educación como un todo. En esa concepción deben buscar inspiración y orientación las reformas educativas, tanto en la elaboración de los programas como en la definición de las nuevas políticas pedagógicas.
Comentario casi personal

La Educación Encierra un Tesoro

Conoce los 4 modelos básicos de aprendizajes que permiten alcanzar las desafiantes metas educativas de nuestro siglo.

Para poder entender un poco lo que ha representado la EDUCACIÓN en un contexto historiográfico, este término ha estado vinculado regularmente con el proceso de formación de una persona, o más ampliamente con el proceso de socialización y aprendizaje encaminado a su desarrollo intelectual y ético. También se ha considerado siempre como la instrucción de las personas mediante la actividad docente.

Es importante recordar que la educación es un proceso continuo multiforme que se refiere al individuo, a los grupos de individuos o a la sociedad en su conjunto, por lo que su función principal es el desarrollo continuo de la persona y de la sociedad. Es además una vía de acceso al desarrollo humano, y estos términos adquieren un gran significado al transitar de un siglo a otro, reconociendo al inicio de este siglo XXI, que la EDUCACIÓN ES UN TESORO para todos los seres humanos.

Este tesoro invaluable lo descubre Jacques Delors junto con otros académicos seleccionados por UNESCO, que a finales del siglo XX se dedicaron a realizar un profundo análisis frente a los desafíos del porvenir en la sociedad mundial, tratando de llegar a conclusiones que sirvan de sustento a las formas y modos de educar en un mundo globalizado e inequitativo a la vez.

Esta Comisión antes de emitir su propuesta consideró que todos esos niños y adolescentes de hoy, serán quienes tomen las decisiones del mañana, razón por la cuál el esfuerzo educativo deberá estar orientado a integrarlos a sus familias, a su comunidad, a la sociedad mundial, para que las grandes decisiones políticas, sociales y económicas que ellos tomen, provengan de juicios humanos, equilibrados y estables, sin ejemonismos ni egoísmos.

La propuesta final de la Comisión fue una nueva y más sana forma de educar, totalmente abierta y adaptada a los cambios, conservando solo lo realmente valioso, implantando una educación para toda la vida dentro del seno de la sociedad, que busque de forma especial el entendimiento mutuo y el diálogo pacífico, teniendo como meta el aprender a vivir juntos todas las naciones y todos los individuos del mundo.

Partiendo también del hecho inobjetable que es el reconocer que en este siglo XXI existen recursos sin precedentes para la circulación y almacenamiento de información y conocimientos, y que la educación debe responder a la necesidad de adaptar a los niños a una sociedad cognitiva, base de las competencias del futuro.

La Comisión creada por la UNESCO, propuso 4 aprendizajes básicos que permiten alcanzar las desafiantes metas educativas de este siglo XXI:

1. APRENDER A CONOCER. Este tipo de aprendizaje que tiende menos a la adquisición de conocimiento que al dominio de los instrumentos mismos del saber. Puede considerarse a la vez medio y finalidad de la vida humana: CONOCER el entorno, CONOCER a las personas y CONOCER el mundo.

2. APRENDER A HACER. Aprender a conocer y aprender a hacer, son dos cosas indisociables. ¿Cómo enseñar al alumno a poner en práctica sus conocimientos? ¿Cómo adaptar la enseñanza al futuro mercado de trabajo, cuya evolución no es totalmente previsible? Aprender a HACER es disfrutar el arte, aprender a HACER un trabajo productivo, aprender a HACER el mundo más aceptable.

3- APRENDER A VIVIR JUNTOS. Sin duda, este aprendizaje constituye una de las principales empresas de la educación contemporánea donde educar exige una doble misión: Enseñar la diversidad de la especie humana, contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y las interdependencias entre todos los seres humanos.

4- APRENDER A SER. El grave peligro de la DESHUMANIZCIÓN frente al avance tecnológico científico. Un mundo en permanente cambio, cuyo motor es la innovación continua, social y económica, nos obliga a ofrecer a niños y jóvenes todas las oportunidades posibles para descubrir y experimentar.

Estos cuatro pilares, no deben limitarse a la niñez o a la juventud, debemos aspirar a que se propicie la continuidad en el tiempo, educando a la persona para que viva estos aprendizajes el resto de su vida, aprovechando al máximo un contexto educativo en constante enriquecimiento.

Este libro pretende dar a los jóvenes el lugar que les corresponde, y hacer de la educación una experiencia global que se desarrolle a lo largo de toda la vida de cada individuo.